
Vejer de la Frontera fue una ciudad amurallada, por lo que la villa antigua se encuentra cercada por una muralla de piedra con cuatro puertas y tres torres que la flanquean: la torre del Mayorazgo, la torre de San Juan y la torre de la Corredera. Más antiguos aún son los restos árabes de la ciudad, espacios que fueron reconstruidos tras la reconquista en castillos e iglesias: la Iglesia Parroquial del Divino Salvador fue construida sobre una antigua mezquita y el Castillo de Vejer es de claras influencias islámicas, declarado Monumento Nacional desde la década de los 30.